
Estudio UCAB: Un 2025 en caída libre de no darse los cambios políticos en Venezuela
Estudio UCAB: Un 2025 en caída libre de no darse los cambios políticos en Venezuela
Estudio UCAB: Un 2025 en caída libre de no darse los cambios políticos en Venezuela
Estudio UCAB: Un 2025 en caída libre de no darse los cambios políticos en Venezuela
Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía.-
Un contexto económico muy adverso se augura en Venezuela este 2025, de no darse los cambios políticos que urgen para gestar nuevas perspectivas; de lo contrario nuestro país seguirá en una gran incertidumbre e inestabilidad. Se prevé una disminución significativa de las exportaciones petroleras a raíz del término de las licencias extranjeras, de unos 14 mil 100 millones de dólares que se dejaran de percibir, lo cual agravará la posición poco competitiva de Venezuela en el mercado petrolero, según el “Informe de Coyuntura-abril 2025″, elaborado por la Universidad Católica Andrés Bello.
Por otra parte, la inestabilidad política interna continuará agravada por el cuestionamiento de los resultados de los comicios electorales de julio de 2024, el creciente conflicto limítrofe con Guyana, un nuevo ciclo político-electoral y el empeoramiento de los problemas asociados al cambio climático. Todo ello en el marco de una baja capacidad política e institucional para absorber estos choques negativos y una importante debilidad de la economía interna para sostener el crecimiento económico en un entorno tan adverso, concluye este estudio, dirigido por el profesor Luis Zambrano Sequín del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB.
De allí, que Venezuela parece encaminada hacia un año crítico, marcado por la persistente incertidumbre política, un panorama externo desfavorable y la pérdida de dinamismo en sectores claves de su economía, por lo que se avizora la agudización de la pobreza y la emigración masiva ante la persistencia del empleo informal y la inexistencia de políticas sociales, lo cual reflejan una continua pérdida de bienestar para la población.
Estas proyecciones es fácil de deducir con las estimaciones de una contracción del PIB real mayor al 2% este año, en un país inmerso en una contracción económica, concentrada en específico en la industria petrolera, que es el eje de sus exportaciones y de las finanzas públicas, aunque no se destinen en las áreas críticas, sino que se quedan en las arcas de la cúpula chavista, como lo confirman investigaciones del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y de los cuales se han hecho eco senadores republicanos como María Elvira Salazar y Carlos Giménez.
Déficit severo afecta necesidades de venezolanos.
La esperanza de estabilización económica se desvanece, mientras se mantenga la tiranía madurista; en la recaudación per cápita, Venezuela ha retrocedido casi en un siglo. Y los resultados del sector no petrolero y las políticas compensatorias resultan insuficientes para frenar el descenso.
El informe estimó que la producción petrolera llegará a los 770 mil barriles diarios (mbd) este año, lo que representa una caída del 11% respecto a 2024. Se prevé que los ingresos por este concepto serán los más bajos de los últimos años, tomando en cuenta que los ingresos provenientes del sector también disminuirán de manera significativa debido a los mayores costos operativos y a los profundos descuentos aplicados para colocar nuestro crudo en mercados alternativos, sobre todo, en Asia.
En este sentido, se estima que el precio promedio de realización del crudo Merey16 podría alcanzar los 63,2 dólares por barril, 3% menos que en 2024.
En consecuencia, la disminución de ingresos petroleros, sumada a una balanza de pagos con proyecciones adversas, afectará todos los niveles de la economía. “Sin acceso a mercados internacionales y con limitaciones para diversificar exportaciones, Venezuela encara un déficit severo en recursos externos para financiar las necesidades básicas de su economía.
Además, persisten sueldos insuficientes en todos los sectores para cubrir las necesidades básicas. En el sector público apenas representa el 1,6% del ingreso total de los trabajadores, con la mayor parte de la remuneración dependiendo de bonos discrecionales que no se promedian en un sueldo integral, como hace ver el régimen chavista.
Aun así, estos “subsidios”, aunque indexados al tipo de cambio oficial, no logran compensar el deterioro de la capacidad de compra del venezolano de “a pie” en una acelerada inflación que se estima podría superar los tres dígitos.
Contraste entre sector público y sector privado
Existe un gran contraste entre lo que devienen los trabajadores en el sector público y el privado, pero igual en este último sigue siendo insuficiente para el costo de vida del ciudadano. Por ejemplo, en el sector industrial un gerente puede recibir un promedio mensual de 1.048 dólares al cierre de 2024, los obreros apenas alcanzan los 230 dólares, indican datos de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
Las diferencias son menos significativas en comercios y servicios, los sueldos también resultan insuficientes para adquirir la canasta alimentaria básica, que se estimó al cierre del 2024 en 663 dólares.
Caídas en ingresos fiscales
Una caída cerca de 6.000 millones de dólares, se prevé en ingresos fiscales en gran parte por la disminución en las recaudaciones petroleras, por lo que el régimen continuará recurriendo al financiamiento monetario para paliar el déficit fiscal, estimado en un 12,2% del PIB.
Este financiamiento impulsará las presiones inflacionarias, avivadas por la falta de capacidad del Banco Central de Venezuela (BCV) para implementar políticas monetarias correctivas eficaces.
Calculan que el cono monetario podría aumentar hasta un 257% en 2025, según el informe, por lo que se avizoran nuevas depreciaciones del tipo de cambio oficial y un crecimiento exponencial de la inflación interna.
De esta manera, alerta el estudio que se ampliara la brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo, con impacto en los precios de bienes y servicios. Ya en marzo de 2025, el diferencial entre ambas tasas ya reflejaba las dificultades del BCV para estabilizar el mercado cambiario.
Desalentador panorama industrial
El estudio pronostica que el crecimiento industrial de los últimos años también se detendrá, pese a que el sector manufacturero privado mostró incrementos modestos en producción entre 2023 y 2024, está en duda su sostenibilidad.
Áreas como alimentos, farmacéuticos y bebidas han reducido su margen de crecimiento, y los niveles de producción apenas rozan el 47% de la capacidad instalada.
Según la Encuesta de Coyuntura Industrial (ECI-IVT24), pese a un reciente repunte en la actividad de pequeños emprendimientos, las expectativas en el sector manufacturero son negativas: solo el 23% de los empresarios prevé que sus ventas aumenten en 2025, cuando se esperaba un 80% a mediados de 2024.
En resumen, los problemas estructurales de Venezuela, como la limitada diversificación económica, la dependencia de los ingresos petroleros y su reducido margen fiscal para amortiguar choques, hacen que el país enfrente el 2025 con extremas dificultades, que reclama una urgente y necesaria transición económica para afrontar un mercado global más restrictivo.
La economía de Venezuela ha sufrido una caída libre desde 2013, debido a la caída de los precios del petróleo, la corrupción y el endeudamiento público. Solo entre 2013 y 2018, el PIB de Venezuela se contrajo 52,3%.
Leer informe completo en siguiente enlace: "C:UsersUserDownloads
forme_de_coyuntura_Venezuela_abril2025.pdf"
- Visitas : 72
- Publicación : 11/04/2025 11:43 AM