
EEUU e Irán inician diálogos para un nuevo acuerdo nuclear tras siete años suspendidos
EEUU e Irán inician diálogos para un nuevo acuerdo nuclear tras siete años suspendidos
EEUU e Irán inician diálogos para un nuevo acuerdo nuclear tras siete años suspendidos
EEUU e Irán inician diálogos para un nuevo acuerdo nuclear tras siete años suspendidos
Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía.-
En un clima de creciente tensión en Oriente medio, delegaciones de Estados Unidos e Irán se reunieron este sábado en Mascate, capital del sultanato de Omán, en el inicio de conversaciones sobre el futuro del programa nuclear de Teherán. Dos horas y media de reunión, con el compromiso de continuar la próxima semana luego que no ocurría un evento como este desde hace siete años.
Al término del encuentro, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, afirmó en un tuit que las conversaciones han sido “constructivas y prometedoras” y, en otras declaraciones recogidas por medios oficiales de su país, anunció que ambas partes han decidido continuar el diálogo “probablemente el próximo sábado”, 19 de abril, fecha que esos medios dan por segura, cita El País de España.
La Casa Blanca emitió un comunicado en el que califica el encuentro en términos similares a los empleados por la delegación iraní. Las conversaciones diplomáticas fueron “positivas y constructivas” y suponen un “paso adelante para lograr un resultado mutuamente beneficioso”, dice la misiva diplomática.
Araghchi, jefe de la diplomacia iraní que encabeza estos encuentros aseguró que en esa segunda reunión del próximo sábado su país intentará entrar “en la agenda de negociación, que tendrá un calendario”.
También dijo que más allá de los aspectos “formales”, lo “importante” es “la base” sobre la que se negocia, y que ambas delegaciones se han “acercado mucho” a esa base.
La de este sábado ha sido la primera negociación reconocida entre Estados Unidos e Irán desde que la Administración de Donald Trump abandonara hace siete años, en el primer mandato del republicano, un trascendental pacto alcanzado en 2015 en tiempos de su antecesor, Barack Obama.
Estados Unidos y otras potencias occidentales, además de Rusia y China, firmaron entonces que Irán limitaría su programa de enriquecimiento de uranio, en una estricta supervisión internacional, para garantizar que no produjera armas atómicas.
En contraparte, Teherán obtuvo el levantamiento progresivo de sanciones que pesaban sobre la economía del país, en especial, sobre su principal fuente de ingresos y de divisas: el petróleo. Trump sacó a EEUU de ese acuerdo hace siete años y se suspendió el diálogo. A partir de 2021, todavía con Joe Biden en la Casa Blanca, los dos países mantuvieron varias rondas de negociaciones indirectas sin fruto alguno.
Ahora, con el trasfondo de demostrar sus dotes negociadoras sobre las que ha construido su imagen política, el mandatario estadounidense busca un nuevo acuerdo y aspira a hacerlo en sus propios términos: “deseo que Irán sea un país maravilloso, grandioso y feliz, pero no pueden tener armas nucleares”, dijo el viernes a los medios.
Dos días antes, declaró que, si para lograr sus objetivos había que recurrir a la fuerza militar, no dudará en hacerlo. “Israel, obviamente, estará muy involucrado en esa campaña. Será el líder”, agregó.
Aun no está muy claro qué se puede esperar de la negociación iniciada en Omán. Tras finalizar el encuentro, sí se ha despejado la incógnita de si las negociaciones iban a ser directas, como afirmó Trump, o indirectas, como sostenía Teherán.
El resultado es que el diálogo tiene ambos formatos, con lo cual ambas partes pueden decir que tenían razón: las delegaciones han iniciado la conversación en salas diferentes, con la mediación del ministro omaní de Asuntos Exteriores, Badr al Busaidi, y concluyó con una breve conversación cara a cara entre el ministro de Asuntos exteriores iraní y el enviado de Estados Unidos, Steve Witkoff, en presencia del mediador omaní, según la televisión del régimen iraní.
El futuro de las conversaciones depende ahora en gran parte de si Estados Unidos adopta o no una postura de máximos, como refieren unas declaraciones del consejero de Seguridad Nacional de la Administración de Trump, Mike Waltz, a la CBS el pasado 23 de marzo.
Waltz sostuvo entonces que su país reclamará a Irán el desmantelamiento total de su programa nuclear, así como de su proyecto de misiles balísticos y su apoyo a su red de milicias aliadas en la región. Una línea roja para el régimen iraní, cuya continuidad podría verse comprometida en caso de aceptar esas exigencias, enfatiza el analista especializado en Irán Daniel Bashandeh.
El analista observa es “evidente” que “EE UU ha puesto en marcha una política de máximos hacia Irán, que apuesta por la diplomacia, pero recurriendo también a la amenaza militar”.
“Posibilidades negociadoras”
En un escenario más favorable para Irán, la Casa Blanca podría tratar de cerrar un acuerdo en materia nuclear, similar al firmado en 2015, pero con más garantías de las que preveía ese pacto de no seguirse Irán dotándose de armas nucleares.
La agencia de noticias oficial IRNA divulgó este sábado unas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores en las que aludía a la “posibilidad de un entendimiento que marcará el camino” si Estados Unidos se sentaba “a la mesa en igualdad de condiciones”.
Posición vista como un “giro sorprendente”, por el medio especializado en la región Amwaj, que recuerda lo expresado por el presidente iraní, el moderado Masud Pezeshkian, quien aseguró que el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, “no tiene objeciones a que los inversores estadounidenses” entren en el mercado iraní.
Daniel Bashandeh cree que, a pesar de que Washington puede reclamar el desmantelamiento completo del programa nuclear iraní, hay cierto “margen para la negociación”. La exigencia “indiscutible para EE UU es que Irán no obtenga armas nucleares, muy diferente de que el país no disponga de un programa atómico.
Pero, en las más recientes declaraciones de Donald Trump, sobre todo durante la campaña, secundado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y por su enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff, se desprende que ese “es su único objetivo”.
Irán afronta una grave situación económica y social interna, con sus capacidades militares disminuidas por sus enfrentamientos con Israel en octubre pasado, y su política regional está en ruinas por la destrucción de la capacidad ofensiva de sus principales aliados en Oriente Próximo: Hamás en Gaza, el partido-milicia chií Hezbolá en Líbano, las milicias proiraníes de la llamada Resistencia Islámica de Irak o los hutíes en Yemen, y su otro aliado crucial, el régimen de Bachar el-Asad, ha sido derrocado en Siria.
Con información El País de España
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- Publicación : 12/04/2025 17:46 PM