
Los acuerdos rusos sin firmas que anuncia Maduro: “los fiascos del tirano”
Los acuerdos rusos sin firmas que anuncia Maduro: “los fiascos del tirano”
Los acuerdos rusos sin firmas que anuncia Maduro: “los fiascos del tirano”
Los acuerdos rusos sin firmas que anuncia Maduro: “los fiascos del tirano”
Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía.-
Lo del dictador Nicolás Maduro ya raya en lo circense; sin que la gente le crea sus mentiras y lo más reciente: pretender montar un teatro en Moscú, entre el 7 y el 9 de mayo, intentando vender la idea de un viaje para una presunta "Cumbre del Nuevo Orden Multipolar", cuando en realidad terminó en puro humo, propaganda. Otro espectáculo pagado con el hambre de millones de venezolanos.
El tirano quiso aparentar una fortaleza como si su país no se estuviera cayendo a pedazos. Prometió alianzas con Vladimir Putin, habló de integración, de avances y proyectos, pero cuando regresó a Venezuela no trajo nada en el morral: ni acuerdos firmes, ni recursos, ni inversiones; solo fotos y más de esa retórica rancia que nadie le cree.
En su show personal "Con Maduro ", transmitido este 12 de mayo, el dictador hablaba de turismo, vuelos directos Caracas-Moscú, integración energética y del famoso sistema de pagos ruso MIR, como si estuviera narrando un cuento de hadas soviético para niños mal alimentados. Pero ni una sola cifra, ni un documento oficial, ni un plan concreto.
La prensa delata el fraude
Según las agencias de noticias Reuter y Moscú Times, el supuesto acuerdo firmado es un marco general sin contenido, una firma simbólica que no obliga a nada, un papel mojado. Mientras tanto en la Venezuela real 80% de la población sobrevive en pobreza extrema y la producción petrolera sigue estancada en menos de un millón de barriles diarios, un tercio de lo que producíamos antes de que la mafia roja destruyera Pdvsa.
Este viaje no es un hecho aislado, es parte de una larga lista de engaños, pues desde los inicios del chavismo en Venezuela los supuestos acuerdos con Rusia han sido promesas recicladas. Por solo citar un ejemplo, Rosneft, la petrolera rusa, se marchó en el 2020 dejando pozos oxidados y contratos sin cumplir.
Sigue la tragicomedia
Otro capítulo más de esa novela tragicómica, lo acabamos de ver en Moscú; lo que el régimen llama "alianzas estratégicas".
Claramente The Washington Post revela que la supuesta cooperación ruso venezolana no ha generado beneficios tangibles en 15 años ni en defensa, ni en energía y en tecnología mucho menos. Solo propaganda y geopolítica de escaparates.
¿Y cuánto costó este teatro? ¿Cuánto se gastó en vuelos privados, hoteles 5 estrellas, seguridad y estilismo para la comitiva presidencial? Por cierto, Cilia Flores iba trajeada a la altura de los burgueses y nos seguimos preguntando si tendrá la primera combatiente para pagarle a su ortodoncista.
Lo cierto es que mientras el país se desangra, Maduro hace turismo con fondos que no tiene. El mismo 10 de mayo, mientras se paseaba por el Kremlin, el Consejo Nacional Electoral controlado por los "rojo rojitos" montaba un simulacro electoral, o lo que es lo mismo una burla más para sostener el fraude del 2024: una farsa montada sobre la represión con presos políticos asesinados y exiliados.
Más absurdo aún, Maduro todavía tiene el descaro de hablar de soberanía. ¿De qué soberanía? ¿Soberanía de China? ¿Soberanía de Rusia o de su propio ego? Y para colmo de males se disfraza de estadista global, pero no es más que un imitador mediocre del invento cobarde de Fidel Castro, que entregó la soberanía a las grandes potencias a cambio de respaldo político, pero lo que ocurre es que en Moscú ni siquiera eso consiguió.
A diferencia de la era soviética, hoy Rusia no tiene ni el músculo ni el interés real de sostener a sus títeres caribeños.
El resultado es predecible: más promesas incumplidas, más posadas fotográficas y menos soluciones para un país que se cae a pedazos.
Este viaje no dejó resultados, pero dejó en evidencia que este régimen no tiene rumbo, no tiene aliados reales, ni vergüenza. Maduro regresó con las manos vacías, pero con una lengua bien suelta para alabar a Rusia, insultar a Ucrania y disparar su retórica antioccidental.
¿Acaso lo exhibido por el tirano en su "Vuelta a la Patria" resuelve el hambre, alumbra una casa, llena el tanque de gasolina de un venezolano? La respuesta es No, pero da titulares en Telesur y palmaditas en la espalda desde Pekín.
El pueblo no se engaña y como si el ridículo diplomático no hubiera sido suficiente, al regresar del viaje, Maduro no se encontró con aplausos ni vítores, sino un golpe seco en la mandíbula del régimen: la extracción de un grupo de asilados políticos desde la Embajada de Argentina, mediante una operación que dejó en evidencia que ya nadie le teme al poder simbólico del chavismo y que el mundo democrático empieza a actuar donde la diplomacia ya no basta.
Mientras tanto en el teatro local, Diosdado Cabello reaparecía como un bufón extraviado contando cuentos de espías, saboteadores y conspiraciones galácticas. Como si los venezolanos todavía le creyeran algo a un capitán sin ejército, un patriota sin pueblo y un revolucionario que ni siquiera puede controlar su propio relato.
Así se cierra esta tragicomedia bolivariana con Maduro aplaudiendo en el Kremlin, los perseguidos escapando por los techos y un Diosdado hablando solo a un país que ya le cambió de canal, porque mientras ellos insisten en vivir de mentiras Venezuela despierta, se organiza y resiste.
Y desde aquí, desde esta tribuna, desde esta trinchera llamada Hasta que Caiga la Tiranía seguiremos diciendo la verdad, aunque les duela, intenten callarnos y nos exilien, porque la historia no perdona, la justicia alcanza y el pueblo tarde o temprano pasa factura.
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- Publicación : 14/05/2025 16:30 PM