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De “la iguana al cambio climático”: la excusa del cambio de horario laboral en Venezuela

De “la iguana al cambio climático”: la excusa del cambio de horario laboral en Venezuela

De “la iguana al cambio climático”: la excusa del cambio de horario laboral en Venezuela

De “la iguana al cambio climático”: la excusa del cambio de horario laboral en Venezuela


Desde la Redacción Hasta que caiga la Tiranía. -

Antes era “la iguana”; ahora es el cambio climático. La excusa perfecta que el régimen venezolano toma para reducir la jornada laboral en un 50 por ciento. Ya no puede sustentar la red eléctrica, ni la red hospitalaria, tanto que a diario se va la luz en casi todo el territorio nacional y recurrir a un centro asistencial es un vía crucis.

Para finales de 2009, Venezuela tenía una capacidad instalada de generación eléctrica de 23.670 MW, de los cuales un 62% (14.630 MW) correspondían a las represas hidroeléctricas y 38% (9.040 MW) al parque termoeléctrico. A finales de ese año, el consumo de energía era de 123.000 GW/hora, con una demanda máxima histórica de 17.300 MW.

La demanda de energía es cada vez mayor; por ejemplo, de 1998 a 2009 aumentó cerca del 60%, unos 6.500 MW adicionales, aunque solo se pusieron en servicio 4.000 MW que no estaban operativos en su totalidad. Se atribuye este aparatoso cuadro a fallas en la planificación, mantenimiento e inversión y formación de personal calificado en el sector eléctrico nacional, además de la exabrupta corrupción.

Ya en 2001, el ingeniero y exdirector de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (OPSIS), Miguel Lara Guarenas, recuerda que su ente, encargado de dirigir y coordinar la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), alertaba que el país se dirigía hacia una “una situación de déficit del suministro eléctrico”. El gobierno “administró 643 millones de dólares en 223 proyectos de transmisión (líneas y subestaciones) y los proyectos ejecutados por CADAFE se corresponden con apenas 155 millones de dólares, es decir: un 24%”, indicó en esa oportunidad.

Otro de los recordados proyectos: la Represa de Tocoma que a pesar de los presupuestos otorgados no se terminó en el tiempo previsto 2009 y su valor se triplicó; la implementación del sistema de parques eólicos no se cumplió en el 2011, y tampoco ayudo mucho la inversión en el sistema termoeléctrico durante el 2013 y el 2016. Vergonzoso y criminal lo encargado a Jessy Chacón por el extinto Hugo Chávez que debía según poner en línea el sistema eléctrico: en el 2013 se le asignaron 9 mil millones de dólares para refacciones que nunca presentó y seis años después ya con Nicolas Maduro se anunció el destino de 740 millones de dólares que tampoco rindieron cuentas.

A la fecha, la demanda máxima de electricidad en Venezuela se sitúa cerca de 14.000 MW, muy por debajo a todas las estimaciones de demanda que se formulaban hace unos cinco años, cuando los escenarios más conservadores proyectaban una demanda superior a 18.000 MW para 2017.

De acuerdo a la CEPAL, la crisis eléctrica fue uno de los factores que contribuyó a alargar la crisis económica que Venezuela experimentaba desde el 2009. Crisis que también influyó en el evidente aumento de votos que la oposición venezolana obtuvo en las elecciones parlamentarias celebradas en septiembre de 2010.

Lo que se presenta hoy recuerda el apagón general del 7 de marzo de 2019, que afectó 23 estados del país. Se estima que los cortes de electricidad causaron más de 1.000 millones de dólares en pérdidas.

Deterioro paulatino del servicio eléctrico

A los dos años del gran apagón nacional, en 2021, un informe del Comité de Afectados por Apagones (CAA) reveló que en el 2020 se registraron 157,719, en que el Zulia lideraba entre las regiones más afectadas (32,000 cortes), seguida de Mérida (18.519 cortes) y Táchira (13,218 cortes). En dos años, se había triplicado la crisis con respecto al año 2019 en que se alcanzó 48,210 fallas eléctricas.

Ya la mayoría de los ciudadanos de Venezuela sufren cortes eléctricos. Un 34,3% dicen no tener un servicio estable de energía las 24 horas del día y tan solo un 1,1% declara no haber sufrido cortes en el suministro eléctrico, reportaba una encuesta realizada en agosto de 2021 por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP).

Miguel José Lara Guarenas es Ingeniero electricista por la Universidad Central de Venezuela (UCV), con más de 48 años de ejercicio profesional y con maestría en Ingeniería Gerencial. Trabajó por 30 años en la oficina responsable de coordinar la planificación y la operación del Sistema Eléctrico Nacional (desde 1975 hasta el 2004), fungiendo de gerente general y explicó que toda la infraestructura eléctrica recuperable, incluyendo el alumbrado público y 7 millones de puntos de medición, ya eran inferiores a los 14.000 millones de dólares a finales del 2019.

Sin embargo la inflación mundial registrada desde 2019 por los ajustes económicos asociados al Covid 19, actualizados a la fecha, han aumentado al orden de los 20.000 millones de dólares.

Y es tan ya insostenible la situación, que debido también a la tecnología gran parte del personal de las escasas empresas trabajan a remoto, y han surgido la llamado UPS que han conseguido un nicho en medio de estas vicisitudes y las tiendas los exhiben, pero apenas lo de corta duración son los más accesibles al común de la ciudadanía, que aguarda en la oscuridad el cambio que tanta anhelan.

La oscuridad es lo más cercano a la luz, una proclama que alienta a los venezolanos de bien en medio de estas inéditas circunstancias propiciadas por un régimen en decadencia.

Con información Wikipedia